Hablamos con Lucio Feuillet, el más contemporáneo de las músicas del sur de Colombia. Nos regaló sus respuestas, honestas, sentidas, como la música que hace.
En el 2017 Lucio Feuillet cambió las reglas de la producción de los álbumes del género latino/alternativo.
Lanzó “Provinciano”, un video-álbum, un álbum grabado en vivo en bloque, un álbum cohesionado de principio a fin en la era de los lanzamientos de sencillos.
Reseñado como uno de los mejores álbumes del año (y el que personalmente oí más durante el año pasado), “Provinciano” cambió las reglas. Puso la vara demasiado alta. Le creó un problema más a los músicos independientes —como si no tuvieran suficientes—, en el mejor de los sentidos. ¿Cómo se puede hacer un álbum más impactante?
El álbum cuenta con la participación de sus músicos en vivo y de la cantautora Marta Gómez, la agrupación FatsO, Javier Andrés Mesa (Guafa Trío), Javier Ojeda (Burning Caravan) y Jairo Paz. Grabado en el escenario de Mapa Teatro, la atmósfera envuelve y le da una solemnidad íntima a cada canción.
Es un salto inmenso desde “Indicio” (2013) su álbum anterior; su propuesta actual, cada vez más depurada, resalta sus sonidos del sur colombiano. En su sonido siempre está presente el volcán Galeras, las “Rs” que suenan como “CHs” y la tradición de la música andina enfrentada al pop contemporáneo.
Para nosotros fue un gusto enorme hablar con Lucio y esperamos que ustedes sean lo suficientemente afortunados para haber comprado boletas para el lanzamiento oficial del álbum el viernes 2 de marzo en el Teatro Estudio, del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (Avenida Calle 170 No. 67-51 – San José de Bavaria, Bogotá) – A la venta en Primera Fila.
En una frase, cómo describirías la música que haces.
¡Sur, alternativo, canción y Latinoamérica! Es una música que habla un poquito de lo que soy, de lo que veo y de lo que quiero buscar.
¿Qué impacto tiene nacer al lado de un volcán?
Es una constante inspiración. Podemos sentir a diario el poder de la naturaleza, la fragilidad de la vida y la fuerte sensibilidad por nuestro entorno. También, el volcán, nos enseña mucho sobre el valor de la palabra “respeto”.