Los descuentos (aportes a seguridad social, retenciones en la fuente y demás) son como un insulto muy sofisticado del que todo independiente quiere huir… aunque no debería.
El tema de los descuentos no debería generar tantos problemas. Todos los días alguien al recibir su pago conjura el “pero yo negocié neto”, “usted tiene que asumir mis descuentos y mis impuestos”.
… pero ¿por qué?
¿Por qué tengo que asumir los impuestos de otro?
El tema se habría resuelto con subir un poco el precio.