El cine, el séptimo arte, es característico por tener la convergencia de varios recursos artísticos, por esto necesita gozar de una homogeneidad estable a lo largo de toda la obra, tanto en su estética, narrativa, interacción de sus personajes, etc. Para esto es necesario alguien que tenga la visión global de la obra, y que coordine todos los medios: El director.
El cine adolece de la pesadilla de todo estudiante, y de la obligatoriedad de saber manejar la circunstancia de, trabajar en equipo. Hay pocas cosas más frustrantes que tener que hacer un trabajo en grupo y que solo 1/3 del grupo trabaje, y que el resto sea objeto del llamado “carrito”, y arrastrar nota es lo peor.
Al ser un tipo de obra compleja, un texto multimodal, los participantes de la cinematografía suelen tener diferentes especializaciones, los actores, luministas, el director de fotografía, el guionista, los coloristas, la postproducción, todos tiene tareas y funciones específicas. Sin embargo, no hay que olvidar que una obra audiovisual no puede ser un popurrí de perspectivas, sino que tiene que gozar de una homogeneidad para llegar a comunicar la historia o mensaje que pretende, para esto es que se tiene un director.
La función principal del director en la obra es la de tomar decisiones y decidir, especialmente, sobre la línea conceptual que ha de seguir la obra en sí misma. A partir de ello, recurrir a las herramientas que le brindan el resto de los participantes para enriquecer esta visión y dar la sensación de homogeneidad y equilibrio necesario para llevar el entendimiento del mensaje articulando de esta forma sus medios.
Continuar leyendo “El director como autor de la obra cinematográfica.”