Al menos una vez al año en Colombia hay una noticia de algún festival o evento gratuito, llorando en medios de comunicación, al límite de su tiempo disponible, diciendo que Sayco no les va a dejar hacer el evento.
En todo espectáculo público con música hay que pagar por el uso de esas canciones. El promotor/empresario del evento es el obligado a pagar, casi siempre a una sociedad de gestión (como Sayco para Colombia) que representa compositores. En muy contadas ocasiones el promotor puede pagarle a otra persona: directamente al compositor/titular; pero eso es la excepción. Es raro. No pasa. No insistan.
De una vez por todas, los artistas deberían darse cuenta que no pagarle a Sayco va en contra de ellos mismos. Que no pagarle a Sayco es burlarse de los artistas.
Y los más interesados en no pagarle bien a los artistas son los promotes; no por malagentes, sino porque se ahorran unos pesos. Hacer un evento es una labor de gimnasia financiera enorme. Cualquier manera de recortar costos se agradece. Así incluya pagarle menos al talento —¡Que es el motivo central de la operación!—.
Que un artista apoye que los promotores no le paguen a Sayco es como si renunciara abiertamente a recibir regalías. Para mí, es el equivalente musical a un terraplanista, o un anti-derechos, o esa gente que cree que las vacunas causan autismo. Orgullosos headliners en el festival del tiro en el pie.
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